12 de enero de 2011

Kepler-10b, el planeta más pequeño fuera del sistema solar

Los miembros de la misión Kepler de la NASA acaban de confirmar el descubrimiento de su primer planeta rocoso: Kepler-10b. Con un tamaño de 1,4 veces el de la Tierra, se trata del planeta más pequeño jamás descubierto fuera de nuestro sistema solar. El hallazgoha sido posible gracias a los datos recogidos por el telescopio espacial durante más de ocho meses, desde mayo de 2009 hasta principios de enero de 2010.

"Las mejores capacidades de Kepler han convergido para aportar la primera evidencia sólida de un planeta rocoso que gira alrededor de una estrella que no es nuestro Sol", afirma Natalie Batalha, delegada jefa del equipo científico de la misión Kepler en el Ames Research Center de la NASA, en California (EE UU), y autora principal del estudio que publicará la revistaAstrophysical Journal.

El fotómetro ultrapreciso de la nave puede medir las pequeñas disminuciones que se producen en el brillo de una estrella cuando un planeta cruza por delante de ella. A partir de estas caídas periódicas en el brillo se puede inferir el tamaño del planeta. Y la distancia entre el planeta y la estrella se calcula midiendo el tiempo entre descensos sucesivos mientras el planeta gira alrededor de la estrella.

Kepler es la primera misión de la NASA capaz de encontrar planetas del tamaño de la Tierra en o cerca de la zona habitable. Sin embargo, puesto que describe su orbita una vez cada 0,84 días, Kepler-10b se encuentra a más de veinte veces más cerca de su estrella que Mercurio de nuestro Sol y no en la zona habitable. "El descubrimiento de Kepler-10b, un auténtico planeta rocoso, es un hito importante en la búsqueda de planetas similares al nuestro", dice Douglas Hudgins, del programa científico de la misión Kepler en las oficinas centrales de la NASA. A pesar de que no se encuentre en la zona habitable, "el emocionante hallazgo muestra el tipo de descubrimientos realizados gracias a la misión y la promesa de que vendrán muchos más", añade.

El conocimiento que tienen los astrónomos del planeta es tan bueno como el conocimiento de la estrella en torno a la que gira. Como Kepler-10 es una de las más brillantes estrellas objetivo de la misión Kepler, los científicos han sido capaces de detectar variaciones de alta frecuencia en el brillo de la estrella generadas por las oscilaciones estelares, o terremotos estelares. Unas propiedades de la estrella precisas conllevan unas propiedades planetarias también precisas. En el caso de Kepler-10b, el panorama que se dibuja es el de un planeta rocoso con una masa de 4,6 veces la de la Tierra y con una densidad media de 8,8 gramos por centímetro cúbico.

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